sábado, 10 de abril de 2010

¿Qué es el ISO?

El ajuste Velocidad ISO controla la sensibilidad de la cámara a la luz. Las velocidades ISO elevadas permiten velocidades de obturador superiores, por lo que pueden utilizarse cuando se tomen imágenes en zonas oscuras sin flash, o cuando se tomen imágenes de objetos que se muevan a gran velocidad y desee detener la acción. Con velocidades ISO mayores, el resultado son imágenes con más grano, y por tanto, de menor calidad.

Los sensores de todas las cámaras digitales tienen en realidad una única sensibilidad (física, digamos) a la luz, conocida como “sensibilidad base“; suele ser la más baja de entre las que ofrece la cámara, típicamente, ISO 50, ISO 80 ó ISO 100.

La cantidad de luz que llega al sensor se regula con el diafragma y con la velocidad de exposición (parámetros que puedes controlar por ti mismo), y en función de éstos, y con la sensibilidad base del sensor, la foto puede salir demasiado oscura, demasiado brillante, o bien expuesta. En condiciones normales de luz (exteriores diurnos, por ejemplo), habrá suficiente luz como para que la cámara, ajustando por sí misma el diafragma y la obturación en modo automático (o uno de ellos, si estás en modo prioridad), se asegure de que llegue al sensor la suficiente luz como para que la foto salga bien expuesta.

No obstante, si hay poca luz ambiental, es posible que la cámara no pueda abrir lo suficiente el diafragma (tiene un límite, f/2.8), y no quiera (al menos en modo automático) usar una velocidad de obturación lo bastante baja como para recoger suficiente luz para que la foto quede bien expuesta, puesto que dicha velocidad baja podría causar que la foto saliese movida, ya sea por el movimiento de la escena, o el tuyo propio (sí, pese al estabilizador, que también tiene sus límites). Entonces, si no puede abrir más el diafragma ni bajar más la velocidad, no llegará suficiente luz al sensor, y la foto saldrá demasiado oscura.

¿Cómo solucionarlo? Mediante los ajustes de sensibilidad ISO. Con esa sensibilidad base del sensor (digamos, ISO 100), la luz que llega al sensor en las condiciones descritas antes es insuficiente, por lo que producirá una señal eléctrica débil en las fotocélulas, y esa señal débil se traducirá en datos digitales representando una foto oscura. Sin embargo, lo que el sensor puede hacer es amplificar dicha señal antes de convertirla a datos digitales, de forma que se traduzca a datos digitales representando mayor luminosidad, y por tanto la foto saldrá más clara, más o menos como si hubiese recogido más luz (por ejemplo, como si hubieses podido abrir más el diafragma, o recogido más luz con una velocidad de obturación más lenta). Pues bien, esa amplificación, que el sensor puede realizar en diversos grados, son los ajustes siguientes de sensibilidad ISO que te ofrece tu cámara: ISO 200, ISO 400… hasta ISO 6400: todos ellos son amplificaciones de una captura de luz que, de otro modo, habría acabado representando una foto demasiado oscura.

En cierto sentido, la cámara “no es consciente” de que esas sensibilidades ISO extra sean amplificaciones, de modo que las considera como sensibilidades naturales y, si por ejemplo empleas ISO 400 en lugar de ISO 200, la cámara considerará que, como el sensor va a “captar más luz” (en realidad a amplificarla más), se puede a cambio permitir por ejemplo usar una velocidad de obturación más rápida, o bien un diafragma más cerrado, o un poco de ambas cosas.

En resumen, los tres factores que intervienen en que una foto te salga más oscura o más brillante son el diafragma, la velocidad de obturación y el ajuste ISO, aunque este último no sea tanto para captar más o menos luz, como para amplificar más la obtenida.

El problema de esta amplificación, y por tanto de los ajustes ISO, es que al amplificar la señal también se amplifica el ruido (es posible que hayas oído hablar alguna vez de la “relación señal/ruido”); en realidad este ruido o “grano” siempre está presente, incluso en la sensibilidad ISO mínima o base, lo que pasa es que a dicha sensibilidad base es muy poco perceptible. Pero si amplificas la señal, amplificas el ruido, y va haciéndose más visible en relación a la imagen, hasta el punto de empezar a ocultar detalles válidos de la escena y, por tanto, degradando la nitidez de imagen.

Hay un factor adicional con el ruido ISO, y es éste: en realidad, tu cámara (como en realidad todas) produce mucho más ruido del que te parece viendo la foto; lo que pasa es que el procesador interno de imagen lo disimula, sometiendo la imagen ya captada digitalmente a un proceso llamado “anti-ruido“: una especie de “difuminado” más o menos selectivo. Pero nunca es perfectamente selectivo (ni siquiera los programas de ordenador más sofisticados permiten eliminar el ruido de una imagen digital con perfecta selectividad), de modo que en el proceso de difuminar el ruido, también difumina algunos detalles válidos de la imagen.

En las cámaras con formato RAW, es posible evitar este difuminado porque dicho formato implica ordenarle a la cámara que no toque PARA NADA la imagen captada, tenga o no ruido.

Un factor adicional (éste ya algo más específico de tu cámara, aunque bastantes otras también lo hacen) es que, a partir de cierta ISO, el ruido de imagen es en realidad tan alto que ningún grado de difuminado podría disimularlo decentemente, y entonces la cámara opta por reducir la resolución: a ISO 3200, la reduce de 12 a 6 megapíxeles, y a ISO 6400 (el máximo de tu cámara, por cierto), la reduce de 12 a 3 megapíxeles. ¿Por qué la reduce, qué gana con eso? Imagínate que imprimes (a buen tamaño) una foto muy ruidosa: de cerca, verás claramente el ruido, cada “grano” y distorsión individual producidos por el ruido, ¿no? Bien, ahora imagina que coges esa foto impresa, la pegas a una fachada o un árbol, y te alejas cincuenta metros. ¿Puedes seguir viendo el ruido y las distorsiones? No. ¿Significa esto que la foto es menos ruidosa? No, significa simplemente que ya no puedes ver el ruido -ni, para el caso, el resto de detalles de la foto- porque es demasiado pequeño. Pues bien, ésa es la “idea” tras la reducción de resolución: lógicamente, al disminuir la resolución, pierdes detalles (aunque el ruido sea menos aparente con ello), y de ahí que percibas cierta disminución adicional de calidad.

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